viernes, 12 de mayo de 2017

Reseña "La Chica Que Dejaste Atrás" — Jojo Moyes

Información 

Titulo Original: The Girl You Left Behind
Autor: Jojo Moyes
Editorial: Suma
Género: Novela Narrativa Extranjera
Cubierta: Tapa Blanda
ISBN: 9788491290803
Páginas: 528


Sinopsis


Dos mujeres separadas por un siglo 
pero unidas por su determinación a luchar por lo que más aman. 
A cualquier precio. 

En 1916 el artista francés Édouard Lefèvre ha de dejar a su mujer, Sophie, para luchar en el frente. Cuando su ciudad cae en manos de los alemanes, ella se ve forzada a acoger a los oficiales que cada noche llegan al hotel que regenta. Y desde el momento en que el nuevo comandante posa su mirada en el retrato que Édouard pintó a su esposa nace en él una oscura obsesión que obligará a Sophie a arriesgarlo todo y tomar una terrible decisión.
Casi un siglo más tarde, el retrato de Sophie llega a manos de Liv Halston como regalo de boda de su marido poco antes de su repentina muerte. Su belleza le recuerda su corta historia de amor. Pero cuando un encuentro casual revela el verdadero valor de la obra, comienza la batalla por su turbulenta historia, una historia que está a punto de resurgir, arrastrando con ella la vida de Liv.


Opinión 

Quedé satisfecho con Yo Antes De Ti (no puedo decir lo mismo de Yo Después De Ti), pero seducido por su atrapante sinopsis y por la pluma inmejorable de Moyes, me aventuré a su lectura. Lo primero que he de señalar es que estamos ante una novela autoconclusiva, con una portada demasiado sencilla para mi gusto pero nadie puede negar que es bastante llamativa y cumple con el cometido de ir en la misma línea de la de los libros de la autora para fácilmente identificarla.

El libro está estructurado en dos partes:

La primera parte es contada por Sophie Lefèvre (neé Bessette), quien vive en St. Pérome, un pequeño pueblecito de Paris, en plena I Guerra Mundial. ocupado por los alemanes. Al optar por el uso de la primera persona, se consigue transmitir la agonía y el sufrimiento de la protagonista, cuyos pensamientos nos permiten conocer no solo su personalidad, sino retazos de su vida a través de diversos saltos en el tiempo: su infancia por la ausencia de un madre a temprana edad y un padre muy estricto en el hotel donde se crió, su trabajo en una tienda de sombreros al mudarse a París, cómo conoció y se enamoró de Édouard, su marido, las penurias económicas que padecieron, pero sobre todo a la inesperada llegada de la guerra, su marcha al frente francés y las desastrosas consecuencias que trae consigo.

Me puse delante del espejo. No había visto mi cuerpo desde hacía meses; tampoco había habido motivo para hacerlo. La forma que tenía delante, en el espejo moteado, parecía la de una extraña. Era la mitad de ancha que antes; mis pechos estaban caídos y parecían más pequeños, ya no eran grandes orbes maduros de piel clara. Lo mismo ocurría con mi trasero. Y estaba delgada, con los huesos empezando a sobresalir bajo la piel: el esternón, los hombros y las costillas se habían hecho prominentes. Hasta mi pelo, que un día brillara de color, estaba mate. 
Me acerqué a examinar mi rostro: las sombras bajo mis ojos, la ligera arruga de fruncir el ceño entre las cejas. Empecé a templar, pero no era de frío. Pensé en la chica que Édouard había dejado atrás hacía dos años. Pensé en la sensación de sus manos sobre mi cintura, en sus suaves labios sobre mi cuello. Y cerré los ojos.

En la segunda parte del libro, cambiamos de escenario y protagonista. En el Londres actual, hallamos a Olivia Harlston, una mujer que tras enviudar, intenta seguir con su vida pero le cuesta demasiado romper con el pasado. Y por si fuera poco, tiene que hacer frente a las deudas que empiezan a amontonarse en el banco.  Curiosamente, ella posee el retrato de Sophie, al cual se siente muy aferrada, no solo por ser el regalo de boda de David (su esposo) sino por la mirada de la francesa, que a lo largo de esta parte aparece mencionado y es motivo por el que Liv la observe de soslayo conforme suceden diversos acontecimientos y "hable con ella", ya sea para autocompadecerse, empatizar con ella o mostrar curiosidad por la parte de su vida que se desconoce y que se convierte en crucial para lograr que se desestime la demanda de su robo a la que se enfrenta y mantener el cuadro con ella.

Y en se momento Liv vio el cuadro. Estaba apoyado contra un sillón, y a pesar del ruido y el caos, la cara del lienzo llamó su atención. Se agachó y lo giró ligeramente hacia sí. Una chica la miró desde dentro del marco de oro desgastado, con un toque desafiante en los ojos. Tenía un mechón de pelo castaño rojizo que le caía hasta los hombros y una sonrisa que revelaba una especie de orgullo, y algo más intimo. Algo sexual. 
-Se parece a ti - murmuró David, a su lado-. Tienes la misma mirada.

No voy a dar muchos detalles de los personajes porque no quiero spoilear demasiado.
Sophie me ha fascinado por muchos motivos. Alejada de todos los convencionalismos de  la época, no se deja llevar demasiado por lo que los demás piensan de ella. Enamorada hasta la médula de su marido, está dispuesta a sacrificarse por las personas que ama. Es digna de admiración su humanidad y misericordia, pues no duda en ayudar a otros cuando ella vive en la más absoluta miseria. Tal vez sus decisiones no sean siempre las correctas, pero esta luchadora incansable siempre las toma desde el corazón.

Liv en cambio, me ha exasperado bastante. Puedo entender su postura respecto a su inesperada viudedad: su tristeza, su dolor, su talante solitario, su resistencia a pasar página... pero eso no justifica los actos, posturas y decisiones que toma en ciertos momentos cuando se le ofrece la oportunidad de avanzar y seguir su camino, ya que no es una jovencita sino una treinteañera, y su comportamiento me ha resultado, podríamos decir, que bastante inmaduro y egoísta, e incluso en algunos momentos, caprichosa.

No obstante, me ha encantado la manera en que la historia de las dos protagonistas se van uniendo poco a poso, pese a ser, en apariencia, muy distintas y pertenecientes a contextos sociales diferentes.

Me encanta ese cuadro, Mo. En serio, lo adoro. Sé que suena estúpido, pero la idea de perderla es... Es como perder parte de mi.

A diferencia de Liv, el personaje principal masculino que se nos introduce en la segunda parte, Paul McCafferty, sí que me ha encantado. Está muy logrado, y realmente su historia con Liv puede ser creíble, así como su forma de ser, la cual muestra a raíz de lo que sucede y también por lo que conocemos de él sin estar vinculado a ella.
También mencionaría a Mo, esa gótica que irrumpe en la vida de Liv de nuevo, y esta vez para no ser una simple compañera de universidad en su día, sino una amiga que logra estimularla y devolverla a la realidad para romper esa urna de cristal en la que se empeña por quedarse. Todo un apoyo aunque en cierta parte del libro, tal vez por motivos amorosos, me decepcione por la postura que toma. Sea como fuere, es un punto de apoyo, alguien muy enérgico, extrovertido y alocado con quien los malos ratos se esfuman por momentos y al que todos agradecemos por tener en nuestra vida.

¿Y todo gira en torno a un cuadro del que acusan a Liv que es robado? ¡Claro que no! Ese es uno de los temas principales que da pie a lo vinculado con el expolio de obras de arte en épocas de guerra y su venta ilegal, el negocio que trae a la compañía que va a juicio (la comisión) para devolverlo a su legítimo dueño (aunque dicho heredero de pronto "parezca olvidar su vinculo emocional" y decida venderlo después para cosechar dinero) y como dije, a la inmersión de la vida desconocida y el paradero de Sophie, algo que algunos creen saber y juzgan desde su ignorancia pero que encierra mucho misterio y la clave decisiva para el final de la novela.

Junto a ello, se trata el valor de la familia (Sophie intenta protegerla y no desiste en su empeño de reunirse con su marido) y el coraje, encarnado en dos mujeres, protagonistas de la obra.

Como vemos, el contexto nada tiene que ver con Yo Antes De Ti, ya no solo por el contraste de dos épocas distintas sino el contexto, ya que no está enfocado al lector juvenil sino a un público adulto. En la narración los momentos de tensión son descritos brillantemente y dota de elegancia a aquellos más íntimos.

Si por mi fuera, me hubiera gustado que el libro entero se centrara en 1916. No por el cambio drástico a nuestra época o porque la novela histórica sea de mis predilectas, es sencillamente porque la primera parte "opaca" al resto del libro, e incluso en la segunda, no solo por el nexo de unión del cuadro, Sophie permanece estando presente de una manera u otra.

Sophie Lefèvre ya no es una imagen seductora en un marco dorado desconchado; se ha convertido en una persona, un ser humano tridimensional que vive y respira. Una mujer que habla de coladas, de escasez de alimentos, de cómo le queda el uniforme a su marido, de sus miedos y frustraciones. Una vez más, comprende que no puede desprenderse del cuadro de Sophie.

La ambientada en época de Liv me ha resultado floja, incluso las cien ultimas páginas se me han hecho algo pesadas y notaba cierta paja metida adrede para mantener la tensión hasta la llegada del anhelado e intrigante desenlace,

La Chica Que Dejaste Atrás es una historia conmovedora, no solo donde el amor está presente, sino en el abanderamiento de la lucha y la convicción, esperanzadora y real, que emociona y se te cuela muy dentro del corazón. Altamente recomendable, y que no te defraudará.


Calificación


3 comentarios:

  1. Estoy contigo en que la primera parte es la más potente. El miedo que tiene Liv en la segunda me ha parecido lógico, aunque algunas decisiones no son lógicas. En definitiva me ha gustado mucho también.
    Un abrazo

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  2. Coincido totalmente, sí. La parte de Sophie es muchísimo mejor, la ambientación se disfruta mucho y a Liv es como si le faltara todo ese trasfondo, no sé. Pero en general lo he disfrutado muchísimo :)

    Un abrazo

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  3. Coincido contigo, me gustó un montón! y la primera parte me encantó
    Un beso!

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