viernes, 20 de enero de 2017

¿Qué es en realidad el amor?


¿De donde viene ese sentimiento que nos pone contentos, tiernos y nos hace felices? Resulta casi imposible explicar qué es el amor y qué es lo que lo diferencia de otros sentimientos. Hay cientos de explicaciones, cada científico o psicólogo tiene su explicación. Lo cierto es que el amor es una pura cuestión de sentimientos, que no tiene nada que ver con la razón. Se presenta sin más, no se le puede obligar. Viene y se va como quiere.

Hay muchas clases de amor. Para cada persona el amor significa algo distinto. Los padres aman a sus hijos, los hijos aman a sus padres, los hermanos se aman aunque no siempre se nota), los niños aman a sus abuelos, a sus animales, a sus juguetes, los amigos se aman. El amor es sinónimo de sentimiento cálido, de la voluntad firme de salir en defensa de la persona amada y estar con ella pase lo que pase. Cuando se ama así, uno se siente protegido, está contento y se siente feliz. 

La palabra amor tiene además otro significado a partir de la adolescencia: ese amor se desarrolla tanto en personas de diferente sexo como del mismo. Nuevo y determinante en ese amor es la sexualidad. Incluso aunque una pareja no quiera acostarse juntos inmediatamente, entre los dos se da algo que es valorado especialmente. Esa clase de amor, por lo general, comienza por el enamoramiento -una especie de explosión originaria del amor-, una situación muy especial y muy feliz a la que viene unido el acuciante deseo de que se realicen todos los sueños. Es una sensación tal que uno puede estar dando saltos de alegría sin parar.

La primera experiencia de estos sentimientos amorosos, en la mayoría de los casos, consiste en un entusiasmo desbordado. Comenzamos a entusiasmarnos por una persona a la que incluso no conocemos o sólo de vista, un cantante, un profesor, la hermana de un amigo o una chica de la clase de al lado. Podemos pasarnos horas enteras imaginando cómo sería estar con esa persona. Soñamos en cómo sería besarse con ella, cómo hacerle el amor. Es decir, con este entusiasmo y nuestros sueños estamos practicando para cuando se presente la verdadera situación. Incluso más tarde, cuando estemos enamorado de alguien, seguiremos soñando de alguna manera esa película. Algo totalmente normal y que puede ser muy bonito. 

Cuando dos personas se enamoran verdaderamente la una de la otra, de tanta "música celestial" se encuentran como en el limbo. Están absolutamente hechizadas la una por la otra. Todo contacto, por insignificante que sea, se convierte en una sacudida cósmica. Los enamorados se entregan mutuamente y se encuentran recíprocamente como seres únicos. Se miran a los ojos durante horas, olvidándose de cuanto les rodea. No oyen ni ven nada que no sean ellos. Esto no es distinto en los chicos que en las chicas. Sin embargo, a los chicos no les gusta admitir ante sus amigos que realmente les ha dado la flecha.

Naturalmente, esa situación, por lo general, no dura mucho. En un momento determinado, en todas las parejas regresa el cada día, algo que puede ser la señal de partida para un gran amor, pero también el principio del fin. Y es bueno que sea así, ya que tenemos que conocernos y conocer mejor al otro, porque también el amor necesita ser aprendido. Por eso, puede suceder que nos sintamos enamorado de dos o más personas a la vez, porque no de todo enamoramiento resulta algo. Bien mirado, las personas con las que uno se siente a gusto no abundan, aunque de alguna de esas relaciones puede que se desarrollen verdaderos lazos de amistad.

Con relativa frecuencia, en esas relaciones, uno de los dos está mas enamorado que el otro. Y duele comprobar que el amor no es correspondido con la misma intensidad, algo que es válido tanto para quien esté enamorado de nosotros como a la inversa. Por lo que es importante que nos impongamos como regla el principio de no jugar con el amor de otra persona, no pisas sus sentimientos, no vengarnos en ella por el mal que te haya hecho antes alguien. Hay que ser sincero como sea posible y evitar herir al otro. A la larga, un comportamiento así resultará positivo.


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