miércoles, 18 de enero de 2017

La perfección va de la mano de la autodestrucción

Aspirar a la perfección es el principio de tu propia autodestrucción. Lo que está claro es que el orden te satisface porque logras convencerte de que tienes poder sobre algo, pero si el universo es más grande y hay caos, donde estamos incluidos nosotros, ¿por qué buscar el control?

Nada te dará mayor placer que encontrar entre el desorden algo que dabas por perdido, aunque evidentemente, también defiendo que cuando tienes poco tiempo, guiarte en él colma tu paciencia y te desespera, agriando tu carácter cuando si hubiera estado prefijado, te habría ahorrado todo aquello. 


Y en cuanto a personas, es bueno ser ambicioso siempre y cuando no te exija pisar a otro, pero no determines lo que haces en tu vida cada dia desde que amanece hasta que te acueste, da un margen de improvisación o te convertirás en un robot. También recuerda que nada es eterno y que si te acostumbras algo, una vez que no está, tu dependencia a ello te desquicia... poniendo en juego otros aspectos que si tienes sumisos.

La pizca de la alegría es despertar y no esperar nada, todo a largo plazo, no a corto, con la esperanza de ser sorprendido con pequeños detalles, que quizá te demuestren que vas en mal camino como te habías empeñado en prefijarte aunque obviamente sin perder la cabeza y recordar el mañana... está ahi, llegarás, pero tampoco te ciñas, te emperres ni te obsesiones con exclusivamente ello.

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